¿Lager? ¿IPA? ¿Dark Ale? ¿Todo claro?

La clasificación más rápida e instintiva de las cervezas se basa seguramente en el color – rubia, roja, negra – para pasar luego al contenido de alcohol. Sin embargo, la clasificación más correcta y más utilizada se basa en el tipo de levadura utilizado y, por consiguiente, en el tipo de fermentación.

 

Dicha clasificación permite dividir las cervezas en 3 grandes familias, que a su vez se subdividen en muchas sub-familias.

¡Vamos a intentar aclarar el tema!

ALE: este nombre indica un grupo de cervezas que fermentan a temperaturas elevadas, entre los 18 y 20°C; las levaduras utilizadas son de tipo Saccharomyces cerevisiae.

LAGER:  las cervezas Lager se producen con levaduras tipo Saccharomyces carlsbergensis y con un proceso de fermentación a temperaturas preferiblemente bajas, alrededor de 5-6°C; su aroma puede variar entre dulce y amargo y el color puede ser tanto claro como oscuro. La mayoría de las Lager son pale (claras) o de color intermedio, con alto contenido de CO2, sabor a lúpulo de medio a elevado y contenido de alcohol por volumen entre 3 y 5%. Se trata del método de producción más utilizado en el pasado y que se utiliza todavía a nivel industrial, pues garantiza características de estabilidad y repetibilidad en las cervezas.

LAMBIC: es decir cervezas de fermentación espontánea, entre las más antiguas, que presentan características únicas: gracias a las bacterias presentes en el aire, los azúcares se convierten espontáneamente en alcohol, sin añadir levadura. Estas cervezas se producen solo en una zona limitada del sur de Bélgica: sus características principales son un regusto acídulo que puede ser suavizado añadiendo jarabes o azúcares.

 

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Las sub-familias son muchas y se distinguen dependiendo de las distintas levaduras, cereales, lúpulos o maltas utilizados.

Forman parte de la familia de las ALE las renombradas IPA, Indian Pale Ale: maltas, lúpulos y levaduras utilizadas son ingleses y el resultado son cervezas con aroma frutal y herbal, cuerpo medio y amargura de moderada a marcada, suavizada por la dulzura de las maltas utilizadas. Pertenecen a la misma familia las American Pale Ale, que se distinguen de las IPA por su más elevado contenido de alcohol y amargura.

Las Belgian Ale, en cambio, se distinguen de las inglesas Pale Ale por una sobresaliente presencia de notas a especias y frutas y por su típico color dorado; en boca resultan más suaves y cremosas.

Las Dark Ale, las típicas cervezas oscuras británicas, se subdividen a su vez en dos categorías, las Stout y las Porter, ambas sinónimos de cervezas oscuras y fuertes, con sabor tostado, símil-café o chocolate, debido a la tostadura de la cebada o trigo utilizados para su producción.

Entre las Ale encontramos también la muy conocida Wheat Beer o Weissbier, la cerveza de trigo malteado, con su clásico color claro y turbio.

La cerveza más famosa entre las Lager es la Pilsener, o Pils, la típica cerveza bávara, nacida en la primera mitad del siglo XIX en las cercanías del río Plzen, que le dio su nombre; se trata de una cerveza de color claro, casi dorado, y dulce, debido a las características del agua utilizada. A nivel industrial es la cerveza más producida y bebida.

En Baviera, además de la Pilsener encontramos también la renombrada Oktoberfestbier, una lager de color ámbar y fuerte contenido de malta, producida en primavera y consumada durante la tradicional fiesta de la cerveza de Múnich, llamada, por supuesto, Oktoberfest.

No existen reglas totalmente definidas sobre los distintos estilos de cerveza en el mundo, ni una clasificación rígida para definir la pertenencia a una de las tres familias principales, y los cerveceros artesanos lo saben muy bien: cada maestro cervecero crea, prueba, experimenta, buscando el mejor equilibrio entre los ingredientes de la cerveza sin olvidar el típico gusto amargo, parámetro que se puede medir a través de la esclala IBU (International Bitterness Unit)

Y tú, ¿qué cerveza bebes?